Así pues, a nuestros estanques que hicimos para tener peces o plantas acuáticas, veremos que acuden multitud de animales espontáneos. Los primeros en acudir son los insectos, entre ellos, las libélulas con sus espectaculares vuelos acrobáticos, darán vida y movimiento a nuestro estanque. Los anfibios como ranas o sapos, también se verán atraídos por nuestro estanque, sobre todo si tienen plantas donde esconderse, dando música al estanque con su canto en las noches de verano.
Y si el estanque es muy grande, pueden aparecer incluso aves de gran tamaño, tales como patos o garzas, que no dudarán en alimentarse de nuestros peces. Por eso es conveniente dar al estanque cierta profundidad para que los peces puedan esconderse y alejarse de las zonas poco profundas donde suelen situarse las garzas para cazar.
Con todo ello, en vez de tener una sola mascota, pasaremos a tener decenas de animales en poco tiempo, pudiendo disfrutar de todos ellos en un mismo espacio.
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